22/12/2020
#LosExpertosDicen
Artículo publicado en Perfil
Por Rodrigo Espinosa, Gerente de Relaciones Institucionales de Camuzzi
La pandemia trajo nuevos desafíos a las empresas y determinó la necesidad imperiosa de un gestión sustentable. Los cambios que trajo el covd-19 en este sentido y en la nueva «normalidad».
El actual contexto de pandemia ha traído al sector empresarial múltiples interrogantes, nos ha llevado a repensar estrategias y a revisar iniciativas. Asimismo, ha puesto en relieve la importancia de la gestión empresarial sustentable: prácticas y procesos como tener partes interesadas mapeadas y en constante y fluido diálogo, el análisis y gestión de riesgos posibles, las articulaciones intersectoriales en pos de una mejor gestión de los impactos, así como la transversalización de la mirada de desempeño sustentable a todas las áreas de la compañía, cobran hoy un nuevo sentido.
Quienes venimos transitando este camino tenemos por delante el desafío de continuar con este proceso de mejora continua, sin descuidar los compromisos asumidos a largo plazo, y a la vez realizar un proceso de revisión de nuestras matrices de materialidad a la luz de los hechos. Así, resulta indispensable resignificar nuestra contribución al desarrollo sostenible tomando en cuenta que la pandemia de la covid-19 es mucho más que una crisis sanitaria y que para afrontarla se requieren de los esfuerzos de todos los sectores. Esto implica poner el foco en un punto clave de la Agenda 2030: garantizar una vida sana y promover el bienestar como ejes para el desarrollo sostenible.
Como empresa de servicio público, somos conscientes de que contribuimos al desarrollo de las comunidades donde operamos a través de nuestra misma actividad empresarial, mediante un servicio que se encuentra intrínsecamente vinculado a la salud y bienestar de las regiones del país donde estamos presentes. Precisamente por la responsabilidad que tenemos por el servicio que brindamos, ni bien comenzó el período de aislamiento social preventivo y obligatorio nuestros esfuerzos se centraron en mantener la operación vigente, pero adaptándonos rápidamente al contexto mediante soluciones digitales para que los usuarios pudieran resolver remotamente todas sus necesidades.
Sin embargo, si entendemos a la salud no solo como un estado de bienestar físico de las comunidades, sino también emocional, social y económico, no hay dudas de que darle continuidad a las acciones vinculadas con desarrollo local, educación y cultura también forma parte de este desafío. En la misma línea, si tomamos en cuenta que el acceso a recursos naturales como la energía y el agua impactan directamente sobre el cuidado de la salud, resulta fundamental acelerar la adopción de buenas prácticas para un uso racional y responsable y para minimizar los impactos negativos sobre el ambiente. En este sentido, la agenda de la sustentabilidad se consolida como guía que orienta los pasos a seguir en un contexto de incertidumbre: una suerte de brújula que nos permite revisar dónde estamos parados y continuar avanzando con un horizonte claro. De esta manera, la «nueva normalidad» propone una enorme oportunidad para que la sustentabilidad continúe consolidándose en el eje del negocio, aportando valores vitales en estas circunstancias, como el desarrollo de una mayor resiliencia, la construcción de relaciones de confianza y el fortalecimiento de una cultura corporativa que promueve el diálogo fluido y metodologías ágiles frente a las adversidades.
Fuente www.perfil.com