07/09/2022
#CEADSEnLosMedios
Por Sebastian Bigorito, Economista y Director Ejecutivo del CEADS
Si pretendemos que para el año 2050 unos 9000 millones de personas vivan bien, deberemos aprender a crecer y desarrollarnos dentro de los límites planetarios y sociales. Caso contrario, la humanidad precisará 2,5 planetas para abastecerse de agua, fibra, energía y alimentos.
Los cambios transformacionales necesarios para desarrollarnos dentro de los límites de “un planeta” son complejos y de gran magnitud, a la vez que el margen de tiempo con el que contamos es realmente exiguo. Se calcula que ya para el 2030 deberían estar corregidas la mayoría de las tendencias en materia de energía, materiales, alimentos y logística.
El sector empresarial debe ser consciente de este “proceso de transiciones”, analizar sus riesgos y costos de transición, como también identificar las oportunidades que implica anticiparse a estos procesos de cambio.
En cualquier escenario futuro, solo aquellas empresas con propósito, con una gestión responsable e inclusiva y con modelos de negocios sustentables y resilientes, tendrán las capacidades para desenvolverse ante nuevos mercados, nuevas regulaciones y también nuevas dinámicas sociales.
Un pensamiento lineal nos diría que aún nos quedan “casi” treinta años. Sin embargo, para llegar al 2050 debemos empezar a actuar hoy. De hecho, debiéramos haber empezado bastante antes, ya que hoy en día estamos consumiendo un 10% por encima de la capacidad de los ecosistemas que nos proveen de bienes y servicios ambientales.
Específicamente, para llegar al 2050, viviendo en “un solo planeta”, la casi totalidad de las variables deberán estar corregidas ya en el 2030. Por ejemplo, en lo climático, tenemos hasta el 2030 para reducir un 45% de las emisiones si pretendemos cumplir con los objetivos del Acuerdo de París al 2050 y al 2100.
La gran prueba será la corrección de las tendencias al 2030. Caso contrario, los costos de transición (y sus riesgos) serán mayores e inciertos. Esta gran transición, o mejor dicho estas “transiciones”, impactan principalmente sobre tres grandes meta-sistemas: Sistema Energético, Sistema Alimentario y Sistema Urbano (logística e infraestructura).
Justamente estos tres sistemas son los que enfrentan mayores “costos de transición” como contrapartida de los grandes cambios transformacionales que deberán realizar.
Recordemos que para el 2050 el PBI crecería algo más de 300% mientras que la población lo hará en un 40%. Esto empuja la demanda de alimentos entre 35 hasta 60%, la demanda de energía entre un 30 y 50%, y la migración urbana implicará que el 70% de la humanidad viva en ciudades.
Pero estos tres sistemas y sus crecientes demandas deberán estar “desacopladas” para que, como dijimos al comienzo, estén dentro de los límites planetarios.
En el caso de los alimentos, deberá hacerse prácticamente con poco más que la actual superficie cultivable, por lo que se deberá compensar con mayor productividad (variedades que precisen menos agua, producción en áreas no aptas, agricultura regenerativa, riego de precisión, disminución de desperdicios, es decir mucha tecnología).
Para el caso de la energía, la mayor demanda deberá desacoplarse de la curva de crecimiento económico (eficiencia energética) y sobre todo desacoplarse de la curva de emisiones de CO2 (a través de la descarbonización).
Esta es la forma en que el mundo podrá desarrollarse dentro de los límites planetarios.
Y los límites sociales serán que esta transición, como escenarios futuros, se recreen en sociedades inclusivas, diversas y sin inequidades. Respecto de este punto, la WEF (Foro Económico Mundial) y el WBCSD (Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable) consideran la inequidad un límite social y un riesgo sistémico de alto impacto.
El escenario factible es aquel donde “se produce más con menos”, pero en sociedades justas y equitativas.
*Egresado de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Fue designado “Concept Partner” para el G20/B20 en el 2018 y 2019. Es el Director Ejecutivo del CEADS -Capítulo argentino del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible-, entidad empresarial que nuclea a un centenar de compañías para conectar la agenda de negocios con la agenda empresarial.
Columna publicada en Fundación de Estudios Políticos, Económicos y Sociales para la Nueva Argentina (FEPESNA). Leer aquí