Procesos geopolíticos globales y su impacto local

Por Sebastian Bigorito, Director Ejecutivo de CEADS

 

Artículo publicado en el CCAB’s Newsletter 219

 

 

Por diferentes motivos, una parte significativa del sector empresarial local ha estado históricamente muy atenta respecto al desarrollo de estándares y buenas prácticas que a nivel global se fueron llevando adelante en los últimos 20 años y más.

Un estudio del Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT) realizado junto con el CEADS en el año 1999 explicaba que en el perfil exportador y de conquista de mercados internacionales había una considerable cantidad de empresas con Sistemas de Gestión de la Calidad y Ambiental (ISO 9001 / ISO 14001) certificados por terceros. Una explicación similar se verificó para la aplicación de procedimientos de “eco-eficiencia” en procesos principalmente industriales.

De ahí en más, y a pesar de las cambiantes coyunturas locales, ese núcleo de aproximadamente 100 empresas (de gran tamaño en su mayoría) continuaron con la identificación y aplicación de herramientas y estándares que se siguieron desarrollando a nivel global. Así lo demuestra la recopilación de casos del CEADS 1998-2007 (10 años de Casos) en donde, utilizando una matriz de valor agregado de Stuart Hart, se analizan más de 300 casos.

Esto nos muestra que las empresas en el país han sido siempre receptivas y proactivas a lo que podemos llamar “agenda global” de Sustentabilidad y de Responsabilidad Social acompañando el crecimiento exponencial de la misma.

Hasta ahora, queda claro que este proceso se ha dado casi exclusivamente por resortes internos del sector privado, tales como requerimientos comerciales, influyentes benchmarks reputacionales y, para el caso de las multinacionales, los lineamientos de la casa matriz.

Así y todo estos “motivadores” privados son necesarios pero no suficientes para que la curva de aplicación local de estándares crezca a la misma velocidad que el “estado del arte” en la materia. Sin embargo, estamos ante un momento histórico en el cual nuestro país (y sus empresas) se encuentran bajo la fuerte influencia de varios procesos internacionales, que están acelerando (y lo harán cada vez más) este alineamiento de prácticas locales con estándares globales.

Argentina y su potencial Ingreso a la OCDE

La sola manifestación del país para incorporarse a este organismo conlleva el cumplimiento de una serie de adecuaciones locales tanto normativas como institucionales. Luego de varias misiones recibidas por parte de la OCDE, el gobierno cumplió con más de 70 requerimientos, estando aún en la antesala de la efectiva incorporación.

Lejos de ser un club de países ricos, la incorporación de nuestro país se asemeja mucho más al ingreso a una universidad, con un plan de materias definido, exámenes periódicos y diagnósticos a los cuales la Argentina deberá someterse con regularidad.

Deberemos participar y adherir a instrumentos dispuestos por 23 comités técnicos. Estos comités son los que desarrollan y en los que se consensuan los más altos estándares internacionales. Sin dudas, las empresas radicadas en un país miembro de la OCDE deben cumplir con la pata privada de estos instrumentos a los que el país va adhiriendo. Cada uno de estos comités aborda diferentes agendas tales como Competencia, Política Económica, Economía Digital, Políticas del Consumidor, Educación, Salud, entre otras. Y como una muestra del abordaje integral que la OCDE tiene de la vasta agenda de Sustentabilidad y Responsabilidad Corporativa listamos las siguientes:

  • Corporate Governance
  • Ambiente
  • Marcos Regulatorios
  • Desarrollo Territorial
  • Integridad & Transparencia

En este caso en particular, si bien los tiempos no están determinados, es un hecho que la Argentina ya ha pasado los principales requerimientos de entrada y la aprobación de los 35 países miembro; restando solo que se acuerde el ingreso de otros países que forman grupo con nosotros.

La presidencia Argentina del G20

A diferencia de la OCDE, la Argentina ya es miembro del Grupo de los 20. Pero, a raíz de lo que el gobierno llama inserción inteligente en el mundo, más el hecho de tener la presidencia en el 2018 y mantenerse en el 2019 en el grupo de los 3 países influyentes (Troika), las expectativas de alineamiento a este foro son realmente altas. También es alta la permeabilidad de la Argentina ante las recomendaciones emanadas del G20.

Como contraparte privada al G20, el sector empresario cuenta con una voz formal ante los líderes a través del B20 (Business 20) que también este año está presidiendo la Argentina.

El B20 debe desarrollar Recomendaciones Políticas para el G20 en una serie de agendas, que deberán estar previamente consensuadas con los miembros empresariales de los 20 países del G20. A esto se llega a través de 8 Grupos de Trabajo, cada uno con un cronograma y listado de tópicos que se deberán desarrollar en menos de 6 meses.

B20 Task Forces

  1. Educación & Empleo
  2. Economía Digital & industria 4.0
  3. Crecimiento e Infraestructura
  4. Comercio & Inversiones
  5. Sistema Sustentable de Alimentos
  6. Energía, Eficiencia de Recursos y Sustentabilidad
  7. Desarrollo para la PYME
  8. Integridad & Compliance

Si bien la agenda de Sustentabilidad está literalmente abordada en cada una de las 8 Task Force, es remarcable que la 5, 6 y 8 son agendas puras y exclusivas de sustentabilidad.

El CEADS fue designado “concept partner” en dos de ellas y es una realidad que en los grupos de trabajo se parte desde el “estado del arte” en cada tema de la agenda de sustentabilidad para luego debatir de manera consensuada la aplicabilidad a nivel de países en vías de desarrollo.

Cada Task Force está conformada por entre 70 y 140 empresas miembro, con un cronograma de reuniones presenciales y teleconferencias de método riguroso. En estos grupos de trabajo se encuentran empresas argentinas, algunas de origen familiar, con multinacionales de escala en un mismo nivel para debatir y desarrollar líneas de base globales, herramientas de vanguardia, barreras, desafíos y oportunidades.

En síntesis

Como se puede ver, la reinserción geopolítica de la Argentina en el mundo y su participación activa en los principales foros – hemos visto los dos más conocidos – no se aborda con un buen discurso de cierre en las cumbres. Por el contrario, se trata de elevar la vara a un nivel que quizás nunca antes en el país se había hecho y de una adecuación de estructuras locales sin precedentes.

Es imprescindible que los líderes empresarios transmitan a sus pares que el “doing – business” en la Argentina está cambiando. Que estos foros culminan con recomendaciones que en muchos casos se reflejarán en políticas públicas, cambios institucionales y adecuaciones legislativas sobre las cuales el empresariado deberá estar preparado para lograr que se transforme en una gran oportunidad de jugar en las altas ligas. En un corto plazo, muchos estándares voluntarios ya no lo serán tanto, y aquellas compañías que logren anticiparse verán bien atenuadas sus curvas de aprendizaje y con ello habrán ganado una posición diferenciadora.

Recordemos que la agenda de sustentabilidad se impone por presión pero se integra por convicción.

 

Fuente: http://ccab.com.ar/newsletter_detalle.php?id=100&nota=3358

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