Nuevos desafíos de la agenda de ESG: foco, accountability y transparencia

#MiradaExperta

26/07/2023

Por María Rigou, Directora Ejecutiva Cambio Climático y Servicios de Sostenibilidad EY Argentina.

Una de las tendencias significativas que está cambiando el contexto de la sostenibilidad es la veloz transición de un escenario voluntario a uno mandatario. Un ejemplo de este fenómeno son las crecientes regulaciones tanto de la Unión Europea, UK, y EE. UU. que están impactando significativamente no sólo por el efecto dominó que va generando en los marcos normativos de los otros países, sino por las implicancias que tiene para el acceso a los mercados y a las fuentes de financiación. Comprendiendo esta nueva dinámica, el sector productivo percibe que la sostenibilidad ya no es una libre elección de cada compañía, sino una repuesta imperativa a las cada vez más agudas exigencias de los stakeholders.

 

A medida que los inversores van alineando sus estrategias con esta tendencia que empatiza con la mirada de ESG reconociendo las ventajas a largo plazo en términos de compliance, acceso al capital y futuras demandas del mercado, las empresas profundizan sus inversiones de tiempo, recursos y liderazgos en la creación de valor sostenible. Sin embargo, estos movimientos acelerados de las compañías no siempre logran los resultados que responden a las expectativas de los grupos de interés.

En una reciente encuesta Global a Inversores Institucionales realizada por EY, el 99% de los inversores encuestados utilizan las divulgaciones ESG de las empresas como parte de su toma de decisiones de inversión, incluido el 74% que utiliza un enfoque riguroso y estructurado (en 2018 solo el 32% lo utilizaba). En la Argentina, la primera Encuesta de Finanzas Sostenibles y Cambio Climático realizado a fines del 2022 por la Mesa Técnica de Finanzas Sostenibles, el 65 % de las entidades relevadas en nuestro país, considera que el cambio climático es una fuente de potencial riesgo para la estabilidad del sistema financiero.

Por otra parte, en el estudio de EY antes mencionado, los profesionales consultados remarcan que hay una brecha entre la información que brindan las compañías acerca de sus estrategias para abordar la agenda ESG y lo que los distintos stakeholders quieren escuchar.  Los reportes de ESG pueden ser la clave para transitar este camino que acorte brechas y logre un mejor entendimiento entre las empresas y el sector financiero. Pero el sólo acto de reportar, cada vez más utilizado por el sector productivo, no asegura los resultados esperados.  Además, los líderes financieros señalan la necesidad de que las empresas ajusten sus estrategias para lograr una gestión que haga foco en los impactos relevantes, trabajando en la accountability y en la transparencia. El reporte, proceso clave para comunicar, debiera ser el resultado de este trabajo.

El primer paso para revisar tiene que ver con la construcción de la materialidad. En otras palabras, cómo las entidades están comprendiendo los riesgos y oportunidades significativos que atraviesan o pueden atravesar sus organizaciones. Se espera que las empresas cuenten con información que les permita analizar los riesgos físicos y también los de transición, evaluar los distintos escenarios a los que se exponen y focalizar en ellos su gestión. El sector financiero reclama un profundo análisis y una robusta justificación de las decisiones que se toman en materia de agenda ESG. 

El Barómetro Global de Riesgo Climático de EY 2022, un análisis exhaustivo de las divulgaciones realizadas por más de 1.500 empresas en 47 países, encontró que “si bien más empresas están informando sobre el riesgo climático, no están proporcionando comentarios significativos sobre los desafíos que enfrentan. Por ejemplo, más de la mitad de las empresas encuestadas (51%) aún no están realizando análisis de escenarios o no están revelando los resultados.” Este dato de alguna manera refleja la necesidad de los inversores de contar con mejores reportes climáticos. 

En materia de accountability, una efectiva gobernanza que involucre la supervisión del senior management y del directorio son fundamentales para impulsar la sostenibilidad en el plano estratégico y también en el operativo. La gestión de la tensión entre las prioridades a corto y largo plazo es clave, y las empresas reconocen que el viaje de la gobernanza de la sostenibilidad tiene mucho camino por recorrer. Repensar los mecanismos de diálogo internos y los incentivos para promover las prácticas responsables en todas las áreas de la compañía pueden aportar mucha potencia e integridad a la gestión.

Por último, en la búsqueda de una mayor transparencia, los stakeholders piden que se divulguen criterios ESG más coherentes, comparables y fiables.  Las empresas deben adelantarse a las regulaciones y mejorar la calidad de los datos ESG, utilizando estándares adecuados y asegurando la veracidad de la información que se brinda.

Por momentos concentrados en resolver los temas del corto plazo, la agenda global nos puede resultar lejana. Sin embargo, la velocidad y el impacto de los cambios que estamos viviendo nos obligan a encontrar nuevas respuestas. El período de ajuste será corto en relación con los desafíos que enfrentamos.

 

Columna publicada en la Revista Mercado