22/09/2020
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Artículo publicado en SOSTENIBLEMENTE – Publicación de CECODES – Edición Nro 23, Seguridad Alimentaria
Por María Virginia Vilariño, Coordinadora del área de Clima y Energía del CEADS
El llamado a la acción
En una era marcada por la volatilidad y la incertidumbre, el mundo enfrenta necesidades de seguridad alimentaria de una población en crecimiento. La situación ya es crítica; con 815 millones de personas que viven bajo inseguridad alimentaria, 150 millones de niños con retraso en el crecimiento debido a la desnutrición y una incidencia cada vez mayor de obesidad en todas las regiones del mundo. Sumado a ello, la creciente presión sobre el ambiente y los recursos naturales y los impactos del cambio climático plantean desafíos adicionales para una provisión segura de alimentos.
Hoy sabemos cuán expuesta está nuestra forma de vida y nuestros sistemas productivos a grandes shocks y disrupciones. La pandemia de Covid-19 ha revelado la escala de los riesgos sistémicos que enfrentamos y la falta de resiliencia en nuestros modelos operativos actuales, incluido el de alimentos.
Sin embargo en los alimentos -a lo largo de toda su cadena de valor- está la conexión fundamental entre personas y planeta, y el camino hacia una economía inclusiva y sustentable. Y por ello, el futuro de nuestra sociedad depende de su capacidad para crear un sistema alimentario que sustente personas sanas y un planeta sano.
Los principales informes científicos y económicos (IPCC, WRI, IPBES, FOLU, EAT-Lancet) están dando una clara alarma sobre la urgente necesidad de actuar hoy. La presión de la opinión pública y las demandas de los consumidores aumentan, y la innovación y la tecnología crean nuevas soluciones y oportunidades. La acción es inevitable.
Pero require de una colaboración global sin precedentes, y un fuerte liderazgo empresarial, para abordar la resiliencia y la mitigación del cambio climático, la conservación de la naturaleza y la biodiversidad, los medios de vida y los derechos humanos, la nutrición y salud, respetando la identidad cultural local.
La transformación del sistema alimentario contribuirá además al logro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) y el Acuerdo Climático de París. En línea con las metas de la Agenda 2030, la transformación hacia un Sistema Alimentario Sustentable busca:
(1) avanzar hacia la seguridad alimentaria y la nutrición adecuada para erradicar el hambre y todas las formas de desnutrición para 2030, de conformidad con el ODS 2 y el ODS 17 de la ONU.
(2) aumentar la sustentabilidad y la resiliencia de la producción y el suministro de alimentos, convirtiendo la cadena de alimentos en un actor ambiental positivo que regenere y restaure los recursos naturales de manera sustentable. (ODS 2, 6, 9, 12, 13, 14, 15, 17)
(3) contribuir a la educación de las personas sobre hábitos de consumo saludables y responsables (ODS 3, 4, 12)
Además, y como uno de los primeros pasos, las cadenas de valor de los alimentos deben funcionar de manera más eficiente y reducir los alimentos que se pierden o desperdician. Minimizar la pérdida y el desperdicio de alimentos puede ser una de las formas más efectivas de lograr un sistema alimentario más sustentable que brinde seguridad alimentaria de manera eficiente en el uso de los recursos (ODS 12.3).
La recuperación de COVID19 presenta oportunidades para mejorar la resiliencia de las sociedades, economías y empresas, si se integra la sustentabilidad en los planes de recuperación económica. Intituciones referentes de la región latinoamericana destacan en este sentido a la inversión en capital natural y en un sistema alimentario sustentable como una interveción clave para abordar con éxito las necesidades a corto plazo con beneficios a largo plazo (desarrollo económico, empleos, salud, biodiversidad)
Experiencias en Argentina
La Mesa Agrosustentable del CEADS es un grupo de trabajo conformado por empresas líderes del país que conforman la cadena de alimentos, desde la provisión de insumos, la produccción agropecuaria y la producción y comercialización de alimentos. El objeto de análisis y trabajo de esta mesa especial es la sustentabilidad en la cadena de alimentos. Además de ser una plataforma de colaboración y generación de capacidades para la gestión sustentable, es un espacio de confianza para intercambiar experiencias, buenas prácticas, y generar alianzas que hagan escalar las soluciones empresariales.
Cada vez más empresas de la cadena alimentaria avanzan en la definición de objetivos y la implementación de medidas que contribuyen a esta transformación del sistema. A través de prácticas y tecnologías implementadas en la producción propia, y mediante estándares y códigos de producción sustentable para sus cadenas de abastecimiento, las empresas trabajan para incrementar la productividad reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero, haciendo un uso más eficiente de los recursos naturales, mejorando los suelos y conservando la biodiversidad y los ecosistemas que sostienen la producción.
Las prácticas agrícolas que mejoran la calidad, fertilidad y el carbono de los suelos, así como la rehabilitación de suelos degradados, son medidas ampliamente adoptadas por el sector agrícola en Argentina, que contribuyen directamente a mitigar emisiones de gases efecto invernadero. Pero a su vez contribuyen a fortalecer la capacidad de adaptación de los sistemas productivos y de los productores a los impactos del cambio climático, ya que incrementan la resistencia del suelo y los cultivos al estrés climático.
La integración de medidas de conservación de biodiversidad y gestión sustentable de ecosistemas en la producción agropecuaria avanza de manera creciente en el sector, con beneficios para la producción (mejorando los rendimientos de los cultivos y su calidad), la adaptación (asegurando la provisión de servicios ecosistémicos que contribuyen a la resiliencia climática) y la mitigación (conservando las reservas de carbono). Los modelos de gestión a escala de paisajes agrícolas que se implementan en el país ya evidencian estos múltiples beneficios.
La gestión eficiente y el manejo integrado del recurso hídrico es también una estrategia difundida en diversas regiones del país para incrementar la resiliencia climática de los sistemas productivos. Y más recientemente han cobrado relevancia las medidas para reducir la pérdida y despericio de alimentos a lo largo de cadena de valor, a la luz de la meta 12.3 de los ODS y del trabajo coordinado con el sector público y organizaciones sociales.
Cabe destacar que todas las medidas y prácticas mecionadas se desarrollan a través de alianzas entre las empresas con instituciones académicas y de investigación, asociaciones empresarias y de productores y organizaciones sociales.
Artículo publicado en https://issuu.com/cecodesdesarrollosostenible/docs/seguridad_alimentariafinal2