#CEADSEnLosMedios
30/11/2023
Por Sebastian Bigorito, Director Ejecutivo del CEADS.
Con el fin de abordar los desafíos que nos plantea el cambio climático, muchos países han planteado y algunos hasta iniciado el camino hacia la descarbonización de sus economías.
La transición energética basada en el avance hacia la electrificación, donde las fuentes de energías renovables aumenten considerablemente su participación en la matriz energética de los países, incluyendo el transporte y la industria, la promoción de la mejora en la eficiencia energética en todos los sectores públicos, productivos y residenciales, y una mayor interconexión e integración energética entre los países para incrementar las economías de escala, parecieran ser mojones de ese camino.
Pero la historia ha demostrado que las transiciones energéticas han sido lentas y motivadas por temas estrictamente económicos. Por citar sólo un ejemplo, cuando se reemplazó la quema de leña por carbón fue porque un kilo de carbón era más barato y proporcionaba más luz y calor que un kilo de leña.
Sin ir tan lejos, recientemente en los EE. UU. el creciente aumento en el uso del gas natural reemplazando carbón se debe exclusivamente a que las nuevas técnicas de producción abarataron mucho su costo.
¿Cuánto tardó el petróleo en convertirse fundamental en la producción de energía?
La explotación comercial empezó en 1860. En 1910 (50 años más tarde) representaba sólo el 10% de la producción energética y demoró otros 30 años más en alcanzar el 25%.
En 1900, el gas natural representaba el 1% de la energía mundial. Tardó setenta años en alcanzar el 20%.
En esta oportunidad, la transición energética no es una cuestión económica, sino de supervivencia.
Tenemos que forzar la marcha para llevar a cabo una transición anormalmente rápida. Esto introduce un grado de complejidad-tanto en las políticas públicas como en la tecnología- al que nunca hemos tenido que enfrentarnos.
Brecha de emisiones
Más de 80 países – equivalentes al 75% de las emisiones globales de GEI – han asumido y comunicado un objetivo net zero mayormente para el 2050, con excepción de China y Rusia, que han extendido el plazo hacia 2060, y el caso de la India al 2070.
A nivel empresas, unas 8.000 compañías y 450 inversionistas se han comprometido a reducir un 50% las emisiones para el 2030 como parte de la plataforma Race to Zero.
Algo más de 4000 empresas en 70 países y 15 industrias, que representan más de un tercio de la capitalización del mercado global, tienen objetivos aprobados o compromisos bajo el estándar SBTi.
Si bien la mayoría de los países signatarios del Acuerdo de París han presentado sus compromisos, a través de las NDC’s correspondientes, el nivel de dichos compromisos Nacionales y planes de reducción de emisiones al 2030 son insuficientes para lograr los objetivos climáticos del Acuerdo de París, y traerían aparejado un incremento de la temperatura más cerca de 3ºC a fines de siglo.
En este sentido, el rol de las empresas es crucial, porque, en definitiva, gran parte de las acciones incluidas en las NDC’s de los países son llevadas a cabo por las compañías que operan en éstos.
De acuerdo a MSCI (Morgan Stanley) un 20% de las empresas cotizantes están alineadas con la meta de los 1,5 grados, y supera el 50% las alineadas con los 2 grados. Así las cosas, de manera consolidada, el promedio de las empresas listadas en este índice está en el camino hacia 2,7 grados, por ahora algo excedidos.
Desde el CEADS, dentro de nuestro Programa Integral “Acción Climática” proveemos a sus miembros, las herramientas y capacidades para la “gestión de riesgos y oportunidades climáticas” sugiriendo una secuencia de 6 etapas orientativas:
- Identificar riesgos y oportunidades estratégicos
- Establecer procesos de evaluación y gestión de riesgos y oportunidades en toda la cadena de valor
- Desarrollar métricas y fijar metas ambiciosas basadas en ciencia
- Hojas de ruta sectorial
- Reporte y Transparencia
- Involucrar actores y Participación responsable en políticas climáticas
Columna publicada en Revista Futuro Sustentable. Edición N.º 111, noviembre 2023. Ver aquí