21/01/2021
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Artículo publicado en RedAcción
Para António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, la pandemia de la COVID-19 no es solo una emergencia sanitaria. Es una crisis económica, una crisis social, y se convirtió en una crisis de derechos humanos. En esta edición voy a contarte cómo se vincula la agenda de los derechos humanos con el sector privado.
Cuando las empresas trabajan sobre una agenda basada en los derechos humanos, sobre todo en este momento de crisis, se construyen soluciones más efectivas e inclusivas. “La presente crisis socioeconómica interpela fuertemente a las empresas, y no sólo en términos de la facturación, la imposición de protocolos, la ruptura circunstancial de la cadena de pagos o la logística. Ha puesto a prueba fundamentalmente el verdadero propósito de las compañías que, como decía el destacado experto en management Peter Drucker, no puede definirse en términos de maximización de la ganancia, sino en el valor que aportan a sus clientes, usuarios y a la sociedad”, señala Julián D’Angelo, coordinador ejecutivo del Centro de Responsabilidad Social Empresaria y Capital Social de la Universidad de Buenos Aires.
- El Centro, que preside D’Angelo llevó adelante un relevamiento, acerca de cómo las empresas respondieron a las desafiantes demandas de este contexto. Al relacionar el objeto de estas acciones con los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, uno de los primeros aspectos a destacar es que, precisamente a partir de la nueva Agenda impuesta por la pandemia, la mayoría de estas acciones priorizaron Objetivos vinculados a Derechos Humanos. Más del 47% de las acciones se corresponden con el ODS N°3 de “Salud y Bienestar”, pero también cerca de un 20% se encuadran en el ODS N° 2 de “Hambre Cero”, un 17% al ODS N°8 “Trabajo decente y crecimiento económico” y casi un 5% se corresponde al ODS N° 4 de “Educación y Calidad”.
- Según Fernando Passarelli, Coordinador del Programa VALOR RSE + Competitividad, cuando las empresas están realmente comprometidas con la idea de colocar al ser humano en el centro de toda su escena, el respeto a los derechos humanos resulta espontáneo, casi una forma de ser. “Las crisis no forjan el carácter de una empresa, pero lo revelan, y en ese sentido, hay mucho trabajo por hacer: identificando focos de posible vulneración de derechos humanos a lo largo de todas las actividades, no sólo puertas adentro sino también en la cadena de valor; gestionando los recursos necesarios para evitar que dichas vulneraciones se produzcan; y si son inexorables, trabajando en esquemas de remediación y reparación”, explica el referente.
- En Latinoamérica, la agenda se viene llevando con marchas y contramarchas. María José Alzari, abogada y especialista en Derechos Humanos del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS) señala que la agenda tiene la virtud de ser un paraguas de gestión muy grande para la empresa, pero tiene el gran defecto de que el sector privado siente que el concepto le es lejano.
- “La pandemia trajo la necesidad de empezar a mirar un poco más hacia adentro, analizar la fuerza laboral interna desde otro lado, incorporar y fortalecer cuestiones de seguridad. Cuando ponés la mirada en cuestiones de seguridad tan básicas como la utilización de tapaboca, también empezás a prestar más atención en el uso de otros elementos de seguridad y protección. En definitiva, los temas de salud y seguridad en el trabajo son temas de derechos humanos”, explica Alzari.
- La crisis sanitaria ayudó a fortalecer las áreas de salud y seguridad en el trabajo, que venían de años de degradación en las empresas. “Desde hace algún tiempo, estas áreas comenzaron a subordinarse a las secciones de sustentabilidad o ambiente. Se buscaba un jefe de ambiente y seguridad, pero que no era experto en ambas cuestiones. Fue así como la seguridad laboral, que siempre fue un área muy técnica fue perdiendo especificidad y los conocimientos necesarios. Por lo tanto, poco a poco fue perdiendo relevancia dentro de las empresas”, cuenta Alzari. Además de la jerarquización del área de seguridad, que tiene un claro enfoque de gestión en derechos humanos, se profundizó el acercamiento a la mirada integral en cuestiones de salud, que incluye la física y la mental.