27/05/2022
#MiradaExperta
“Comprar de manera sostenible es invertir en un futuro mejor”
Por Maria Belén Aliciardi, Directora de Sostenibilidad de la Contratación Pública de la Universidad Austral.
El planeta, los consumidores, los gobiernos, los inversores, los accionistas, los trabajadores, las ONGs demandan que las empresas actúen de forma responsable e incorporen los criterios de sostenibilidad en sus negocios. Las políticas y prácticas de compras, incluido el manejo de la cadena de suministro, es de las formas más poderosas de reducir los impactos negativos económicos, sociales y ambientales. Ya que de acuerdo con las teorías más recientes de la administración de empresas, la gestión de la cadena de suministro puede comprender de 45 al 50 % de los costos de una empresa.
Hoy en día, más allá de privilegiar el precio de lo que se está comprando, se fijan en su cadena productiva para ver si cumplen con los estándares mundiales que se están implementando: analizar el bien o servicio durante todo su ciclo de vida.
La responsabilidad sobre la cadena de suministro es explícita en las diversas iniciativas de responsabilidad social como la ISO 26000:2010 de Responsabilidad Social; el Global Reporting Initiative sobre memorias de sostenibilidad, el GRI-4, acerca de las “Evaluación de las prácticas laborales de los proveedores”; el Pacto Global de Naciones Unidas que comprende los Derechos Humanos (tal como lo son los derechos laborales) en las empresas, la ISO 20400 sobre compra sostenible.
La cadena de valor incluye la sostenibilidad en el sentido de crear sistemas y negocios que relacionen el manejo responsable de los recursos naturales con la generación de valor económico para la sociedad y las organizaciones. En este sentido, las empresas se encuentran con el desafío de gestionar su compleja red de proveedores y clientes que forman su cadena de valor desde una perspectiva de triple impacto económico, social y ambiental.
Una compra sostenible es aquella que tiene el mejor impacto a nivel social, económico y ambiental durante todo su ciclo de vida de un producto o servicio. La compra sostenible implica tomar decisiones de adquisición que satisfagan las necesidades de una empresa que les beneficie, sin descuidar la sociedad y el impacto en el ambiente, lo que implica asegurar que los proveedores se comporten éticamente, que los productos y servicios comprados sean sostenibles, tomando en cuenta los asuntos sociales, económicos y ambientales que estos pueden impactar. Por ejemplo, se parte desde evaluar si lo que se adquiere es verdaderamente lo necesario, hasta determinar si la composición física o química de cada producto que se compra atenta contra las normas ambientales, su ciclo de vida, la eficiencia energética durante su uso, etc. Asimismo, se valora el impacto que la misma pueda tener a nivel social (desarrollo de proveedores locales, trabajo inclusivo, igualdad de género, etc.). Como vemos, la compra sostenible no toma en consideración tan sólo precios, plazos o condiciones, tiene en cuenta el impacto que puede generar la adquisición de un bien o un servicio en el ambiente o la sociedad en el largo plazo. Y una compra para ser sostenible debe tener en cuenta la trazabilidad del producto o servicio que está adquiriendo.
Realizar compras de manera sostenible, agrega valor a la empresa mediante mejoras en la productividad por integrar nuevas prácticas en sus procesos diarios, en la comunicación entre la empresa, proveedores y demás partes interesadas, como los consumidores, en la evaluación del desempeño, la gestión de riesgos y la promoción de innovación por la posibilidad de acceder a productos novedosos, que impacten positivamente desde el punto de vista ecológico y social y el desarrollo de mejoras en los procesos productivos para hacerlos más eficientes en el consumo de recursos naturales, materias primas y energía. Todo ello, a su vez, permite reducir los costes de producción y manufacturar productos más competitivos. Y mejoran la reputación e imagen corporativa por su contribución a lograr un entorno más sostenible y justo socialmente. Ello también implica una mejora de las relaciones con la comunidad y el entorno donde desarrolla su actividad.
Por todos los beneficios enunciados, las Compras sostenibles son la herramienta de gestión más importante para las empresas.