ODS y juventud: ¿cliché o realidad?

Por Ing. Franco Maestri e Ing. Cecilia Buffa, coordinadores de la red UN SDSN Región Andina

 

Habrán escuchado en múltiples ocasiones frases como “Los jóvenes son el futuro”, “Es importante incluir a los jóvenes”, “La innovación, el optimismo y la energía del joven es la palanca de cambio”. Resulta un tema muy recurrente, que se ha repetido tantas veces y de tantas formas diferentes que poco a poco su significante comenzó a vaciarse de significado y a evocar cada vez más y más valores.

 

Hablar de juventud se ha convertido tal vez en un cliché, o incluso en una moda. “¡No se olviden de nombrar a los jóvenes!”, “Incluyan a algún joven para que no haya reclamos”, “Nosotros también hablemos de la importancia de la juventud”. No por esto se piensa que la juventud no sea realmente importante, el problema radica cuando queda solamente en un decir, en un slogan, en palabras vacías.

 

Se preguntarán cuál es la vinculación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De más está decir que la humanidad se encuentra hoy probablemente frente al mayor desafío de toda su historia: una fuerte crisis medioambiental, económica y social capaz de alcanzar un punto de no retorno. Y quienes más sufrirán las consecuencias son los jóvenes, porque son ellos quienes heredarán esta tierra. Es por ellos que nace el principio más básico de los ODS: la SUSTENTABILIDAD, es decir, satisfacer las necesidades y aspiraciones de la generación actual sin comprometer a las de las generaciones futuras.

 

Y es en este punto donde radica el papel fundamental del joven de tomar un rol activo en las decisiones, porque es su propio futuro el que está en juego. Genera entonces constantes reclamos frente al mundo que está recibiendo, lo cual no significa desagradecimiento, pero sí disconformidad, porque sabe que no es tan bueno como podría ser. Lo que desea es transformarlo para que sea cada vez mejor. “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica” dijo Salvador Allende.

Esa energía, ese optimismo, esa creatividad tan presente en la juventud, son recursos invaluables, son fuente de transformación y creación constante. Sin embargo, cuando no son llevados luego a la práctica, todos esos recursos son derrochados y quedan como un simple ornamento en algún discurso muy aplaudido.

 

¿Cómo aprovechar estos recursos, cómo valorar la importancia de los jóvenes a partir de acciones concretas? En primera instancia, tenemos que creer en ellos, abrirles las puertas para que participen, opinen, aprendan, compartan, enseñen, den su perspectiva. Luego, darles crédito a lo que dicen y hacen, permitirles que desarrollen sus ideas y que formen redes. En tercera instancia, es necesario tener en cuenta que estará también quien quiera aprovecharse de ellos, porque en su impulso por querer cambiar el mundo pueden llegar a ser fácilmente engañados por personas mal intencionadas. Por lo tanto el tercer punto es fomentar el pensamiento crítico. Sembrar hoy el pensamiento crítico en los jóvenes es cosechar mañana los frutos de una generación más próspera y más madura.

 

Desde la red UN SDSN, creada como iniciativa de la ONU para potenciar las soluciones que permitan alcanzar la agenda 2030, se hizo frente a esta labor, ubicando a los jóvenes en un rol de importancia ejemplar. Otros casos que demuestran esta línea son organizaciones y redes como AIESEC, el movimiento de Empresas Junior y JCI, que fomentan cada vez más espacios de participación de jóvenes para la toma de decisión.

 

Entonces, ¿quedan razones para desconfiar de la capacidad de los jóvenes? Normalmente en las generaciones que se encuentran actualmente gobernando el mundo aparece el miedo a perder lo que se tiene frente al cambio planteado por la juventud. Las generaciones anteriores tienden a perpetuar una imagen y una serie de valores del mundo que conocieron cuando ellos eran jóvenes, pero ese mundo ya no existe. Y son los jóvenes quienes vienen a traer la mirada de un nuevo mundo. A medida que pasan los siglos, la generación que ostenta el poder, se confronta con aquella que aspira a la transformación.

 

Pero hoy tenemos una posibilidad, podemos romper con esta cadena. Hoy más que nunca la humanidad ha llegado a un punto de interconexión y de madurez que puede romper con este encadenamiento de siglos en el cual una generación combate a muerte con la otra. Existe todo el potencial para convertirse en las primeras generaciones que REALMENTE estén colaborando para lograr un objetivo en común y alcanzar un mismo propósito, ¿se animan a aprovecharlo?

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